América Latina se vio sacudida este año por el intento de golpe de Estado en Brasil. El 8 de enero, una turba de simpatizantes del expresidente Bolsonaro irrumpió en las sedes del Congreso, el Tribunal Supremo y el palacio presidencial en Brasilia, en rechazo a la posesión de Luiz Inácio Lula da Silva, quien había asumido las riendas del país siete días antes. Aunque el golpe fue controlado, el hecho demostró la galopante polarización.
De otro lado, en Guatemala, la democracia ha estado bajo fuego luego de la elección de Bernardo Arévalo como presidente en agosto. Esto provocó una ola de intentos por parte de la fiscalía guatemalteca por invalidar los resultados, algo que fue calificado por la comunidad internacional como un “intento de golpe de Estado”. Y para cerrar un año cargado de noticias electorales, los argentinos escogieron en noviembre a Javier Milei como su presidente, un candidato que pateó el tablero político con su discurso “anticasta” y sus propuestas ultraliberales como remedio para una economía azotada por las crisis.
Un agitado año para la democracia en América Latina
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Oleh
Droe Chifa