En julio de este año, el Secretario General de la ONU, António Guterres, lanzó una grave alerta: “La era del calentamiento global ha terminado, ahora es el momento de la era de la ebullición global”. La advertencia llegó justo después de que ese mes se declarara según varios centros internacionales, como el más cálido de la historia desde que se llevan registros. Un récord que se rompió el mes siguiente, y luego el siguiente también.
El 2023 fue un año excepcionalmente caluroso con registros de temperaturas récord en amplias zonas del mundo, como 66,7 °C en Irán, 52 °C en Puerto Rico, 48 °C en Italia, o 40 °C en Chile. Esas cifras, de acuerdo con el programa de monitoreo ambiental Copernicus, harán que este año probablemente se declare como el más cálido desde que se llevan registros, un reflejo de la llamada “ebullición global”, que no es más que haber superado el límite bajo el cual el planeta funciona de manera correcta, que es el umbral de los 1,5°C de temperatura por encima de los promedios preindustriales.
Ese límite se cruzó este año, en varias ocasiones, aunque no de manera sostenida. Es decir, pasó en algunos días específicos, pero en promedio, de acuerdo con Copernicus quedamos en 1,4°C, apenas a 0,1°C de superar el umbral.
Y esas temperaturas, por encima de los límites, se reflejaron en las casi 4 millones de hectáreas de bosque quemadas por incendios forestales en Canadá, los más de 50 fallecidos que dejó el huracán Otis en México, las inundaciones que causaron 940 heridos y 27 muertes en Brasil o las más de 2.000 muertes por causas relacionadas a la ola de calor que azotó a Europa a mediados de este año.
Según expertos como Benjamín Quesada, climatólogo de la Universidad del Rosario y Juan Carlos Benavides investigador en cambio climático y profesor de la Universidad Javeriana, lo que vimos en 2023 fue el reflejo de que el clima ya cambió y de que estamos “en una nueva era”.
Del calentamieto global a la era de la ebullición, el límite que cruzó el mundo
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Oleh
Droe Chifa
